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jueves, 27 de febrero de 2020

CINE CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

MUSTANG

Película trabajada con 2º de ESO


Ficha técnica
Fecha de estreno15 de octubre de 2015 (Rusia)
Año2015

Sinopsis
Tras un inocente juego en la playa junto a sus compañeros de clase al comienzo del verano, la vida de cinco jóvenes hermanas huérfanas de un pequeño pueblo turco cambia radicalmente. Disgustados por la supuesta inmoralidad en el comportamiento de las chicas, su abuela y su tío deciden tomar medidas que garanticen la virginidad y pureza de las cinco hermanas, así como precipitarlas hacia su destino de futuras esposas


Material didáctico



CINE CONTRA LA VIOLENCIA DE GÉNERO

LA BICICLETA VERDE

Película trabajada con 2º de ESO



Ficha técnica

Fecha de estreno28 de junio de 2013 (España)

SINOPSIS
Wadjda tiene diez años y vive en una sociedad tan tradicional que ciertas cosas como ir en bicicleta le están totalmente prohibidas. A pesar de todo, es una niña divertida y emprendedora que bordea siempre el límite entre lo autorizado y lo prohibido. Wadjda desea tener una bicicleta para poder competir con su amigo Abdullah en una carrera, pero su madre no se lo permite porque las bicicletas son un peligro para la dignidad de una chica.

MATERIAL COMPLEMENTARIO
M

ENCUESTA

DESMONTANDO MITOS

Encuesta realizada con los alumnos y alumnas de 2º de ESO para ver el estado de la cuestión.
A partir de una serie de afirmaciones falsas que reflejan los clichés e ideas manidas que se usan habitualmente para quitar importancia a la lacra social de la violencia de género, el alumnado de forma anónima expresa su acuerdo o desacuerdo para finalmente comentar los resultados finales expresados en porcentajes.
El material usado procede del IES Mare Nostrum de Málaga al que le agradecemos el poder usarlo.

Los resultados han sido muy buenos al rechazar mayoritariamente muchos de los tópicos y mitos.




El modelo de encuesta



Los mitos y el comentario a cada uno

1. "Un hombre no maltrata porque sí; ella también habrá hecho algo para provocarle".
Esta creencia es una de las más arraigadas y supone afirmar que la mujer es la responsable del comportamiento violento del hombre. Supone afirmar que la víctima es en realidad la culpable o por lo menos que no hay víctimas; que tanto ella como él, se agreden mutuamente. En este sentido, existe también la creencia de que la mujer agrede verbalmente y el hombre físicamente, que la única diferencia está en la forma de ejercer la violencia, pero que en realidad son ambos los que agreden.
Las personas expertas sin embargo afirman todo lo contrario; la mujer maltratada reprime su rabia e intenta evitar las agresiones adoptando comportamientos totalmente pasivos como el de someterse a los deseos del hombre, darle la razón y no cuestionarle.
La cuestión fundamental es que el hombre agresor vive como provocación que la mujer tenga y exprese sus propios deseos y opiniones y se comporte según los mismos. Las/os especialistas que tratan a agresores afirman que estos hombres basan su autoestima en su capacidad para controlar y dominar, y por lo tanto sólo se sienten satisfechos cuando consiguen la sumisión.
De todas formas nadie tiene derecho a pegar, insultar, o amenazar a otra persona, sea cual sea la excusa que se ponga para ello.
Conviene tener claro que en los malos tratos no hay sentimientos de amor, sino de posesión, control y dominio. Cuando hay amor por una persona se le respeta y trata con consideración. Una relación de afecto no anula a la persona, no limita, no invade, no manipula, respeta la libertad.

2. "Si una mujer es maltratada continuamente, la culpa es suya por seguir conviviendo con ese hombre"
Esta falsa creencia responsabiliza a la mujer de la situación de malos tratos y por lo tanto culpa a la víctima.
Las razones por las que una mujer maltratada decide seguir conviviendo con su agresor son múltiples y variadas, y es muy importante conocerlas para no caer en la actitud de culpar a la víctima. De forma muy escueta, estas son algunas de estas razones:
– Creer que en realidad su pareja no quiere hacerle daño, que en el fondo la quiere y que si la maltrata es sólo porque tiene problemas.
– Creer que su pareja cambiará (es muy frecuente que el agresor después de una paliza se sienta arrepentido y le jure que no volverá a hacerlo).
– Creer que ella es responsable del maltrato, que lo provoca con su comportamiento, que si se porta "bien", él no la maltratará.
– Creer que sus hijas/os sufrirán emocional y económicamente si ella se separa.
– Creer que no es capaz de vivir (emocional y económicamente) sin su pareja.
– Miedo a que su pareja la agreda gravemente o incluso la mate si se separa. La realidad es que hay mujeres asesinadas todos los años y no tienen razones para pensar que no les pasará a ellas.
– Vergüenza a hacer pública su situación de maltrato.

La amenaza de muerte a ella o algún familiar es suficiente para disuadirla de abandonarle. Muchas mujeres temen no ser creídas, sobre todo si el agresor es de clase media y tiene buena reputación en su comunidad, como es con frecuencia el caso. En un momento determinado, la situación es similar a un secuestro.

3. "Si se tienen hijas/os, hay que aguantar los maltratos por el bien de las niñas y los niños"
Ser testigos de violencia doméstica tiene consecuencias graves sobre el bienestar emocional y la personalidad de las niñas y de los niños, máxime si se tiene en cuenta que es probable que estas niñas y niños reproduzcan esta misma situación cuando establezcan relaciones de pareja en la edad adulta, ya que aprenden que la violencia es un medio legítimo para solucionar conflictos.
Ante una relación de pareja sembrada de violencia, la opción más responsable hacia el bienestar de las niñas y niños es alejarlos de esa situación.
Tampoco se puede olvidar que alrededor de la mitad de los varones que maltratan a su pareja, maltratan también a sus hijas e hijos.

4. "Los hombres que maltratan lo hacen porque tienen problemas con el alcohol u otras drogas"
Así se suelen justificar muchos maltratadores, evitando de esa forma hacerse responsables de sus actos.
Sólo el 5% de los hombres juzgados por violencia sexista se ha asociado al síndrome de dependencia al alcohol.
Las bebidas alcohólicas y algunas drogas disminuyen las inhibiciones o el control del comportamiento violento, pero este hecho no les exime de su responsabilidad.
Recordemos, por ejemplo, que en los accidentes de tráfico la ingesta de alcohol es un agravante a la hora de imputar responsabilidades penales.
Además no todos los hombres que tienen problemas con el alcohol pegan y maltratan a sus parejas.

5. "Los hombres que agreden a sus parejas están locos"
La locura, por definición, conlleva no tener contacto con la realidad, no percibir la realidad, no darse cuenta de lo que se hace, y este no es el caso de estas personas.
Especialistas afirman que sólo un 5% de los hombres que maltratan a sus parejas presentan graves trastornos psicopatológicos. Por el contrario son las personas que están sometidas a algún tipo de violencia las que desarrollan trastornos psicopatológicos.
Sin duda alguna, una persona que, para autoafirmarse, maltrata a otras tiene dificultades para canalizar su malestar y frustración. Pero esto no significa que no sea responsable de sus actos.
A menudo se intenta encontrar un perfil de maltratador que ayude a identificar hombres violentos. no existe el abusador tipico. Lo único que constituye un factor común, es la creencia y sentimiento de estar por encima de las mujeres y de la infancia. Ni la raza, religión, clase social, profesión o constitución, constituyen factores determinantes.

6. "Los hombres que abusan de sus parejas, también fueron maltratados en su infancia"
Se ha dicho que existe un ciclo de violencia que se transmite de generación en generación. Es cierto que los daños sufridos por el maltrato físico o psicológico en la infancia, dejan huellas en todos los seres humanos.
Es cierto que hay más niñas maltratadas que niños y más mujeres que hombres. Siguiendo esta teoría, debería haber más mujeres maltratadoras que hombres.
Sin embargo la relación entre estas dos cuestiones no es la de causa-efecto; no todos los hombres que maltratan a sus parejas han sido testigos de violencia o han sido también maltratados, ni tampoco todos los hombres que han sido testigos de violencia o han sido también maltratados maltratan a sus parejas.
Lo que sí es cierto, es que la cultura canaliza el sufrimiento del hombre, dándole vías de expresión de sus tensiones o traumas a través de la descarga de su rabia en una víctima propiciatoria, reduciendo al mínimo su riesgo de castigo.
A menudo, la idea del maltratador maltratado, hace que los jueces vean al agresor como víctima.

7. "La violencia doméstica es una pérdida momentánea de control".
La mayoría de las veces, las agresiones no son consecuencia de una explosión de ira incontrolable, sino que son actos premeditados que buscan descargar la tensión y sentirse poderosos dominando a la otra persona. Además, las agresiones no suelen ser aisladas, sino hechos repetidos y frecuentes.
Es muy frecuente que los hombres que maltratan a sus parejas no sean violentos con otras personas. Incluso es frecuente que en el resto de sus relaciones sociales sean amables y respetuosos.
Por lo tanto, la cuestión no es que no puedan controlar su ira, sino que deciden descargarla agrediendo a personas sobre las que se sienten con derecho a actuar así.
Todas las personas, en ciertos momentos, sentimos rabia y frustración en nuestras relaciones con los/las demás, sin embargo nuestros valores y el respeto hacia los/las demás nos conducen a canalizar y descargar ese malestar sin agredir.

8. "La violencia doméstica no es para tanto. Son casos muy aislados. Lo que pasa es que salen en la prensa y eso hace que parezca que pasa mucho"
Los casos que aparecen en los medios de comunicación e incluso las denuncias que se realizan sólo representan una pequeña parte de la realidad.
Las personas expertas en violencia doméstica afirman que sólo se denuncian alrededor del 10% de los casos.
Según datos publicados por el Ministerio de Interior (1991;35), en el 6% de las familias andaluzas existen malos tratos físicos.

9. "Lo que ocurre dentro de una pareja es un asunto privado; nadie tiene derecho a meterse"
Ninguna situación que dañe a un ser humano puede considerarse privado porque es un es un delito contra la libertad y la seguridad de las personas.
Los delitos jamás son cuestiones privadas, y menos aún cuando las víctimas no están capacitadas para defenderse.
Decir que es un asunto privado implica desestimar el miedo de la mujer, creer que que está en las mismas condiciones que su agresor, en su casa, lugar donde ella es más vulnerable y tiene más riesgo.

10. "La violencia doméstica sólo ocurre en familias sin educación o que tienen pocos recursos económicos"
No es cierto. Es un fenómeno que se da en todas los grupos sociales y étnicos, en todos los niveles socioeconómicos y culturales. La diferencia suele estar en el tipo de violencia que se ejerce y en las salidas que se dan a esta situación.
No hay rasgo típico ni perfil de maltratador, únicamente el de tener o haber mantenido una relación afectiva con la víctima.
Es muy probable que las mujeres pertenecientes a capas sociales medias y altas no recurran a los Servicios Sociales y no presenten denuncias por sentirse presionadas a no hacer pública una situación que afectaría negativamente a su estatus social.
Es evidente, que la esposa/compañera de un hombre con una vida pública prestigiosa se sienta muy presionada a ocultar la violencia doméstica.

11. " Los hombres, en la misma proporción que las mujeres, también son agredidos por sus compañeras."
Cuando una persona responde con esta afirmación al tema de la violencia de género, podemos interpretarlo como una reacción defensiva. En todo trabajo de concienciación y desprogramación de conductas sexistas o violentas con hombres, nos vamos a encontrar con este fenómeno, trabajar el tema de violencia de género es como “apalear hombres”, o pagarla con ellos.
Es muy importante conocer y saber manejar esta percepción:
1. La realidad ha mostrado y sigue mostrando que la mayoría de la violencia familiar es perpetrada por hombres y que la mayoría de las víctimas son mujeres.
2. La mayoría de los hombres no maltratan a sus parejas.
3. Los hombres que no son violentos tienen un importante papel que jugar en la búsqueda de soluciones a este problema.
4. Se exige RESPONSABILIDAD masculina, no CULPABILIDAD.
5. Todos nos beneficiaríamos de una escuela y una sociedad no violenta.
Aunque también existen el caso de la mujer que agrede a su compañero, constituye una mínima parte, y la mayoría de los casos es en defensa propia.

12. "Es más aceptable la violencia que se da entre personas cercanas que la que se da entre extraños"
Es cierto que todas las parejas tienen conflictos y momentos de enfrentamiento, pero esto no significa que sea "normal" llegar a la amenaza, la humillación y las palizas. De todas formas, en los casos de maltrato instaurado desde hace tiempo, no se trata de peleas por un hecho concreto, sino que la violencia del agresor es depredadora, no reactiva, funciona por sí misma, independientemente de la conducta de la mujer.
Además, la violencia ejercida por personas cercanas y con las que se tienen vínculos afectivos, a diferencia de la ejercida por personas extrañas, provoca sentimientos de indefensión y humillación mucho más intensos.